MÉXICO DEBE CAMBIAR SU MODELO ECONÒMICO

México cuenta con una red de 12 Tratados de Libre Comercio con 46 países (TLCs), 32 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIs) con 33 países y nueve acuerdos de alcance limitado (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

Los 12 TLCs que México ha suscrito son los siguientes:

Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con Estados Unidos y Canadá; Tratado de Libre Comercio del G3, entre México, Venezuela y Colombia; Tratado de Libre Comercio con Costa Rica; Tratado de Libre Comercio con Bolivia; Tratado de Libre Comercio con Nicaragua; Tratado de Libre Comercio con Chile; Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea;, Tratado de Libre Comercio con Israel; Tratado de Libre Comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio - Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein; Tratado de Libre Comercio con el Triángulo del Norte -El Salvador, Guatemala y Honduras, Tratado de Libre Comercio con Uruguay, y Acuerdo para el Fortalecimiento de la Asociación Económica entre México y Japón.

Vistas así las cosas, cabe preguntarse, ¿si México está asociado comercial y/o financieramente con tantos países, porqué existe tanta preocupación en torno a las acciones que como presidente tomará Donald Trump con respecto a México?

La respuesta es sencilla: si comparamos los gigantescos flujos comerciales y financieros que se dan entre México y Estados Unidos con todos los demás que se dan entre nuestro país y el resto del mundo.

Según INEGI, las exportaciones de México de enero a noviembre de 2016 fueron por un total de 34 mil 697 millones 332 mil dólares, mientras que las importaciones que hizo nuestro país totalizaron los 353 mil 80 millones 436 mil dólares. Es decir que las importaciones fueron mayores que las exportaciones por un total de 13 mil 163 millones 104 mil dólares. El comercio internacional mexicano enfrenta dos grandes problemas, además de ser deficitario por un monto nada despreciable.

El primero es que depende enormemente de EU, tanto para venderle productos como para comprárselos. De enero a junio del año pasado, 83 por ciento de las exportaciones no petroleras, que equivalen a 95 por ciento de las exportaciones totales de nuestro país, fueron hacia el vecino país. 48.5 por ciento de las importaciones que llegan a México provienen de EU. Las importaciones se han diversificado ciertamente, pero las que vienen del otro lado de nuestra frontera norte siguen siendo muy altas.

El segundo es que gran parte de las exportaciones que van a EU son productos manufacturados en nuestro país por empresas estadunidenses y de otros países asentadas en México para aprovechar las reglas de origen del TLCAN. Exportamos principalmente coches, piezas y repuestos automotrices, camiones de reparto y computadoras y otros productos electrónicos. Curiosamente, ésas son, entre otras, las industrias que ha puesto en su mira el próximo presidente estadunidense.

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