Política exterior de Trump, un territorio desconocido

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, podría intentar mejorar los vínculos del país con Rusia, destruir pactos comerciales con México y con naciones del Pacífico y abandonar a los aliados en Europa y Asia si no gastan más en su propia defensa. O quizás no.
Trump, que no tiene experiencia militar ni en política exterior, tendrá que confrontar la ausencia de un consenso político nacional, o incluso republicano, sobre cómo tratar con Siria, con el grupo militante Estado Islámico, el surgimiento de China y una Rusia cada vez más asertiva.
"El mayor peligro de una presidencia de Trump es la impredictibilidad y escasez de estabilidad que sentirían nuestros aliados y adversarios, y él convierte eso en una virtud al decir que quiere ser impredecible", afirmó.
Entre los nombres que se manejan para cargos clave de seguridad nacional en el Gobierno de Trump figuran el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich y el otrora embajador ante Naciones Unidas John Bolton para secretario de Estado, y el general Michael Flynn como asesor de seguridad nacional.
Muchos importantes republicanos han repudiado públicamente a Trump y varios diplomáticos profesionales y oficiales militares y de inteligencia han afirmado en privado que pasarían a retiro si Trump ganaba la elección.
El magnate inmobiliario también dijo que podría anular el Tratado de Libre Comercio para América del Norte que entró en efecto en México, Estados Unidos y Canadá en 1994, y ha amenazado con imponer aranceles de hasta un 35% sobre bienes manufacturados en México para ayudar a la industria estadounidense.
También ha apuntado sus dardos contra el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica promovido por el presidente Barack Obama, al que ha calificado como un "golpe mortal" para las manufacturas estadounidenses.

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